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institución tiene la responsabilidad de darles seguimiento, orientación y evaluación (De León, 2004).
El impulso de estos factores permitirá un desarrollo académico que armonice y concrete el complejo
modelo por el que optó esta Unidad, así como la construcción de una organización académica ade-
cuada que lo exprese y sustente.
J. plAnEAción-EvAlUAción
El sistema modular ha sido reconocido, en los hechos, como una aportación de la Unidad Xochimilco
a la educación universitaria en nuestro país, e incluso a la de otros países. Existe también una crisis de
identidad en la mayoría de las instituciones de educación superior, ocasionada por las circunstancias
derivadas de la globalización y las políticas públicas hacia la universidad. Resulta indispensable, por
tanto, reforzar y revalorar nuestro modelo educativo mediante una adecuada planeación, basada en un
sistema permanente de evaluación. Es urgente identificar sus logros y fortalecerlos, así como reconocer
los obstáculos no resueltos, los errores y las distorsiones más severas para subsanarlas. Se requiere de
una autocrítica rigurosa para recuperar nuestra historia, rescatar sus aportaciones más valiosas, crecer
de acuerdo con las aceleradas trasformaciones del mundo V renovar un proyecto pedagógico que ha
probado ser una valiosa opción para formar los profesionales que el país necesita.
Esta tarea implica revisar sistemáticamente, con la participación colectiva, no sólo nuestro modelo edu-
cativo, sino también la estructura curricular de cada una de las licenciaturas. Significa reconocer que,
además del modelo explícito en sus distintas versiones, hay un currículum oculto que trasmite valores,
pautas de comportamiento y actitudes a los alumnos, cuya congruencia con los postulados del modelo
y con los resultados alcanzados debemos conocer en su caso, reafirmar. Para ello es necesario esti-
mular la participación de la comunidad universitaria en un proceso de reconstrucción que encuentre
nuevamente, en el hacer y ser colectivo, el motivo de orgullo y cohesión que ha permitido al sistema
modular prevalecer, a pesar de las vicisitudes del entorno.
Se requiere un esfuerzo sistemático para evaluar la eficiencia y eficacia internas del modelo mediante
el análisis de sus resultados. Ello implica que la Unidad evalúe los aspectos cualitativos y cuantitativos
de su acción para construir una imagen de la actividad universitaria con la que se conozca el desarrollo
profesional de los egresados, la trascendencia de los productos científicos y el efecto de las acciones
de servicio.
Definir los proyectos de educación permanente en la Unidad y su eficaz realización no son tareas
sencillas; conllevan grandes desafíos. Exigen, en primer lugar, el reconocimiento de diferentes condi-
ciones en las que opera la universidad y que provienen de un medio abierto complejo y cambiante.
Para desenvolverse en este escenario, la universidad requiere valorar sus posibilidades de incorporar a
sus comunidades académicas, las cuales para asumir un papel activo en dichos programas y proyectos
institucionales reclaman, además de una planeación rigurosa de sus actividades, la disponibilidad de
un conjunto de servicios de apoyo ágiles y eficientes, cuya calidad demanda, también, una evaluación
acorde a las características de una institución educativa. Las actuales políticas de las universidades y las
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